Description
Desde la alerta mundial emitida por la Organización Mundial de la Salud, el 12 de Marzo del año 2009, sobre la detección progresiva de casos de neumonía atípica en varios países del continente asiático, los esfuerzos de los organismos e instituciones nacionales e internacionales por contener el avance explosivo de la epidemia hacia el resto del mundo han sido extensos. Sin embargo, dadas las características de la enfermedad y sus potencialidades de transmisión en medio del incremento acelerado de las comunicaciones internacionales, el intercambio comercial creciente, las facilidades de transportación, el turismo y muchos otros factores que marcan la actual etapa que caracteriza la humanidad, con una tendencia marcada hacia la globalización, la epidemia logró extenderse a un gran número de países con mayor o menor afectación, incluyendo Guatemala. Si bien es cierto que los costos económicos que se sucedieron como consecuencia de las medidas adoptadas para contener el avance de la epidemia fueron notables, también estas sirvieron como indicador de las brechas y debilidades de los sistemas de vigilancia, incluso donde los sistemas de salud cuentan con estructuras y capacidades suficientes. A pesar de la contribución importante de la influenza humana a la morbilidad y la mortalidad, la vigilancia de la enfermedad no se ha estandarizado en todo el mundo, y la epidemiología de esta afección no se conoce tan bien en las regiones tropicales, subtropicales y en desarrollo, como en otras partes del mundo. La influenza es una enfermedad respiratoria viral, contagiosa y aguda, cuyas manifestaciones clínicas son fiebre, cefalea, mialgia, postración, coriza, dolor de garganta y tos. Los síntomas y los signos difieren en función de la edad de las personas infectadas (1). Las hospitalizaciones y las defunciones ocurren principalmente en grupos de alto riesgo: niños menores de dos años, personas adultas mayores y personas con enfermedades crónicas. El virus de la influenza se propaga rápidamente en todo el mundo mediante epidemias estacionales. La infección por el virus de la influenza está causada por virus de ARN pertenecientes a la familia Orthomyxoviridae (2). Hay tres tipos de virus de la influenza A, B y C, y los seres humanos pueden estar infectados por los tres tipos. Los virus de la influenza de tipo A y B causan una enfermedad epidémica en los seres humanos, y los virus de tipo C suelen causar una enfermedad leve de tipo catarral. Los virus de la influenza de tipo A son designados además por el subtipo dependiendo de las proteínas presentes en su superficie: la hemaglutinina y la neuraminidasa (3). Hasta la fecha, se han identificado 16 subtipos de la hemaglutinina y 9 subtipos de la neuraminidasa. El virus de la influenza de tipo A infecta a muchas especies, incluido los seres humanos, otros mamíferos y las aves silvestres y domésticas. Los actuales subtipos del virus de la influenza A humana en circulación son H1N1 y H3N2 (4). Además del virus de la Influenza existen otros patógenos que son responsables de enfermedades respiratorias graves, con sintomatología similar como lo es el Virus Sincitial Respiratorio, el Metaneumovirus Humano y el Adenovirus. En 1947, se estableció la Red Mundial de Vigilancia de la Influenza de la OMS (FluNet), que, a Marzo del 2009, comprende a 122 centros nacionales de influenza con laboratorios en 94 países y 4 centros colaboradores de la OMS para la referencia y la investigación de la influenza. En la Región de las Américas, hay 26 centros nacionales de influenza que trabajan con el Centro Colaborador de la OMS para la Referencia y la Investigación de la Influenza en los CDC de Atlanta (Georgia, Estados Unidos) (5). Guatemala es un país en vía de desarrollo con una tasa de mortalidad infantil de 25,06 (2010) muertes por 1,000 nacidos vivos y una tasa de mortalidad general de 4,98 muertes por 1,000 nacidos vivos (hasta junio del 2011). La esperanza de vida al nacer es de 70,88 años (69 para hombres y 72,8 para mujeres) (6). En Guatemala, la neumonía es la primera causa de muerte en niños pequeños (38%) y ocasiona aproximadamente una tercera parte de las consultas ambulatorias a servicios pediátricos. De enero a marzo del año 2006 se registró un brote de Influenza A en el Hospital Roosevelt, con 60 casos reportados falleciendo 19 de ellos. Por esta razón a finales del año inició la vigilancia epidemiológica de Influenza. A pesar de esto a inicios del año 2007 se presentó otro brote, en esta ocasión de Influenza H3N3, con un 27 % de positividad. A raíz de esto se incluyó la vigilancia de Enfermedad Tipo Influenza en los protocolos de vigilancia epidemiológica 2007. (7) El Departamento de Quetzaltenango tiene una extensión territorial de 1.951 km², equivalentes al 1,8% del territorio nacional. Se encuentra localizado en la región VI o región sur occidente del país. Por su configuración geográfica que es bastante variada, sus alturas oscilan entre los 2.800 y 350 metros sobre el nivel del mar, con un clima variado, pero como promedio podemos decir que tiene un clima frío y relativamente seco. La temperatura varía entre los -2 grados centígrados y los 32 grados centígrados. Está conformado por veinticuatro municipios: Almolonga, Cabricán, Cajolá, Cantel, Coatepeque, Colomba, Concepción Chiquirichapa, El Palmar, Flores Costa Cuca, Génova, Huitán, La Esperanza, Olintepeque, San Juan Ostuncalco, Palestina de Los Altos, Quetzaltenango, Salcajá, San Carlos Sija, San Francisco La Unión, San Martín Sacatepéquez, San Mateo, San Miguel Sigüilá, Sibilia, Zunil; cubriendo una población total de 825.369 habitantes y una densidad poblacional de 424 habitantes por Km2. (8). Quetzaltenango presenta una tasa de Mortalidad infantil para el año 2010 de 17,30 muertes por 1.000 nacidos vivos. Encontrándose dentro de las primeras diez causas de morbi-mortalidad las Infecciones Respiratorias (9). En el mes de febrero del año 2009 en el departamento de Quetzaltenango se inició el Sistema de Vigilancia Integrada Comunitaria (ViCo) para enfermedades infecciosas. Es el 1er proyecto del Programa Internacional de Enfermedades Emergentes (IEIP) en Centroamérica, en donde existe una estrecha colaboración entre el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, la Universidad de Valle de Guatemala y el Centro para el Control de Enfermedades (CDC). Es un sistema de vigilancia en donde se integran datos epidemiológicos, clínicos y etiológicos de síndromes Diarreicos, Respiratorios, Neurológicos y Febriles. Incluye los tres niveles de atención a partir del mes de julio del 2009 (Hospital, Centro de Salud y Puesto de Salud). Los objetivos del sistema de vigilancia son: • Describir la temporalidad de los virus de influenza en Guatemala • Determinar el cargo de enfermedad de influenza en la población • Caracterizar las cepas virales de influenza circulando en Guatemala y determinar su susceptibilidad a los agentes antivirales.